¿Te imaginás despertarte con el sonido de la selva de fondo o con el ruido de las olas rompiendo en un acantilado? Bali, la famosa «Isla de los Dioses», es ese destino que todos tenemos en la lista de sueños. Pero, cuando llega el momento de concretar el viaje, surge la gran duda: la isla es mucho más grande de lo que parece y el tráfico puede ser una locura. Por eso, elegir bien donde alojarse en Bali es más que importante.
Si ya tenés tus vuelos a Bali, el siguiente paso lógico es definir tu itinerario y dónde vas a dormir. No es lo mismo buscar fiesta y surf que querer paz y yoga entre arrozales. Bali tiene una oferta hotelera descomunal y a continuación te vamos a detallar los mejores lugares para hospedarte.
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Ubud: El corazón cultural y espiritual de la isla
Si es tu primera vez en la isla, Ubud es casi obligatorio. Es el centro geográfico y cultural de Bali. Acá no hay playa, pero hay una magia verde que te envuelve. Es el lugar de los templos, el famoso Monkey Forest, las terrazas de arroz de Tegalalang y los estudios de yoga.
Lo que tenés que saber es que Ubud es ideal si buscás conectar con la cultura balinesa, comer rico y usarlo como base para excursiones al norte de la isla.
¿Dónde quedarse en Bali si elegís Ubud?
Si buscás hoteles en Ubud, mirá estas opciones destacadas por sus reviews:
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Lujo (Para darte un gusto): Komaneka at Bisma. Las vistas a la selva son de otro planeta y el servicio es impecable. Ideal para lunas de miel.
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Rango Medio (Calidad-precio): Alaya Resort Ubud. Ubicado en el centro, cerca de todo, pero con una tranquilidad que asombra. Sus piscinas entre arrozales son un sueño.
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Económico (Para cuidar el bolsillo): In Da Lodge. Un hostel con mucha onda, barato y perfecto para conocer gente si viajás solo o con amigos.
Si tu plan es relajarte, meditar y estar rodeado de verde, Ubud es definitivamente la respuesta a dónde quedarse en Bali.
Seminyak y Canggu: Surf, atardeceres y vida nocturna
¿Sos de los que no pueden vivir lejos del mar? Entonces tenés que mirar hacia la costa suroeste. Acá es donde pasa todo. Si bien Kuta fue el centro turístico hace años, hoy en día muchos la evitan por ser demasiado caótica. La movida se trasladó a sus vecinos del norte: Seminyak y Canggu.
Estas dos zonas están pegadas, pero tienen vibras distintas.
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Seminyak: Es más sofisticado. Lleno de boutiques de ropa, restaurantes de alta cocina y beach clubs famosos como Potato Head o Ku De Ta. Es ideal si te gusta salir a cenar bien, tomarte unos tragos y estar en hoteles boutique.
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Canggu: Es el hermano menor, rebelde y hipster. Es la meca de los nómadas digitales. Acá vas a ver a todo el mundo en moto, con la tabla de surf en el rack y parando a comer un avocado toast. El ambiente es súper joven, relajado y con mucha fiesta en la playa por la noche
Hoteles recomendados en la costa oeste de Bali
Para decidir dónde alojarse en Bali en esta zona, tené en cuenta el tráfico; a veces hacer 3 kilómetros te lleva 40 minutos en auto.
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En Seminyak: El W Bali – Seminyak es un clásico de lujo y fiesta. Si buscás algo más tranqui, pero con estilo, el Lloyd’s Inn Bali tiene un diseño minimalista que está demás.
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En Canggu: El The Slow es un hotel boutique con una estética increíble, muy «instagrammeable». Si buscás algo más accesible, Kos One Hostel es famoso por su piscina tipo playa y su ambiente social.
Si ya te decidiste por esta zona, te recomiendo empezar a mirar hoteles en Bali con tiempo, porque las mejores opciones en Canggu vuelan rápido.
Uluwatu: Acantilados y las mejores playas
Si le preguntás a un surfista dónde quedarse en Bali, no lo duda un segundo: Uluwatu. Ubicado en la península de Bukit (la «patita» del sur de la isla), esta zona es famosa por sus acantilados dramáticos, sus playas de arena blanca y agua turquesa
Acá sí o sí vas a necesitar alquilar una moto o moverte en Grab/Gojek (las apps tipo Uber de allá) para ir de una playa a otra. Las distancias son más largas, pero el paisaje lo vale totalmente.
Opciones destacadas en el sur de Bali
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Para surfistas y jóvenes: Sal Secret Spot. Un hotelito con cabañas de madera pintadas de blanco, piscina y un ambiente súper relax cerca de la playa de Bingin.
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Lujo total: Bulgari Resort Bali. Si querés tirar la casa por la ventana, este es el lugar. Está colgado del acantilado y tiene un ascensor privado para bajar a la playa.
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Onda Eco-Chic: Gravity Hotel. Tiene unas vistas panorámicas que te dejan loco y una decoración rústica muy cuidada.
Nusa Dua y Sanur: Relax familiar y resorts all-inclusive
A veces uno viaja en familia, con niños chicos, o simplemente quiere que le resuelvan todo. Si ese es tu caso, el caos de Canggu o las escaleras de Uluwatu capaz no son la mejor idea.
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Nusa Dua: Es una zona cerrada, muy segura y cuidada, donde están las grandes cadenas internacionales (Hilton, Melia, Westin). Las playas son tranquilas, sin olas grandes, y muy limpias. Es ideal si buscás el formato de «vacaciones de resort» sin muchas complicaciones.
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Sanur: Ubicado en la costa este, es un pueblo costero con un ritmo mucho más lento. Es famoso por sus amaneceres (al estar al este) y porque tiene un paseo marítimo pavimentado donde podés andar en bici, algo rarísimo en el resto de Bali. Es el lugar predilecto de familias y parejas mayores que buscan tranquilidad.
¿Dónde quedarse en Bali si vas en familia?
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En Nusa Dua: The Mulia es espectacular, con piscinas inmensas frente al mar.
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En Sanur: Hyatt Regency Bali. Un clásico renovado con jardines balineses hermosos y acceso directo a una playa tranquila.
¡Tu aventura balinesa empieza ya!
Elegir dónde alojarse en Bali es parte de la diversión. Cada zona tiene su encanto y, si tenés suficientes días, lo ideal es combinar dos o tres destinos.
Bali es un destino que te cambia la cabeza. La amabilidad de su gente, el olor a incienso en las calles y esa mezcla de caos y paz son únicas en el mundo.
No le des más vueltas. Si ya tenés las fechas, te recomiendo que mires ya mismo los hoteles en Bali para asegurar tu lugar y preparate para uno de los mejores viajes de tu vida.
Soy Licenciado en Periodismo y me dedico a la redacción de contenido digital. Disfruto creando textos que informen, entretengan y aporten valor a los lectores.
